El sueño y la fatiga al conducir son dos de los factores de riesgo más comunes al volante. Además de contribuir a otros problemas de conducción como el efecto túnel, pueden suponer un grave peligro en trayectos largos y exponernos a accidentes en carretera. Por ello, la Unión Europea ha decidido obligar a los fabricantes a instalar un detector de fatiga en sus vehículos.
Esta novedad puede mejorar la seguridad al conducir, pero no está exenta de polémica. Para resolver todas tus dudas al respecto, en este artículo te explicamos en qué consiste la nueva normativa europea y cómo funcionarán las cámaras para detectar la fatiga de los conductores.
Fatiga al conducir: la UE obligará a instalar una cámara en el coche
Desde el pasado 6 de julio de 2022, los fabricantes de coches que operen en territorio europeo tienen la obligación de instalar sistemas de asistencia al conductor en sus nuevos modelos. Aunque las cámaras son uno de los dispositivos que más ha dado qué hablar, no es el único: los vehículos deben incorporar un regulador de velocidad, una caja negra y un detector de tráfico entre otros.
Los anteriores sistemas de asistencia emplean varios mecanismos de detección, algunos de los cuales también servirán para registrar el comportamiento del conductor en el interior del vehículo. Es el caso del sensor de fatiga y somnolencia para conductores, que analiza la cara y el movimiento del conductor fatigado para prevenir accidentes. Todos los vehículos nuevos que se pongan a la venta a partir de 2024 deberán incorporar este detector de fatiga de forma obligatoria.
Así se usará la cámara para detectar la fatiga en el conductor
Para saber si el conductor está sintiendo fatiga al conducir, la mayoría de fabricantes de vehículos están incorporando sistemas de reconocimiento facial en los nuevos modelos. Mediante una serie de cámaras colocadas en alguna zona del interior del coche, el sensor de fatiga mide factores indicativos de sueño al volante, como el movimiento ocular, el grado de inclinación de la cabeza o el parpadeo frecuente.
Ante cualquier señal de fatiga, el vehículo emitirá un pitido o una señal para velar por la seguridad del conductor. Aunque de momento se utilizan cámaras de forma casi exclusiva, es posible que en futuros modelos añadan otros sensores que detecten el sonido del interior del coche u otras características del conductor como la sudoración.
Cabe señalar que la normativa ha generado cierto debate sobre el derecho a la privacidad de los conductores: los críticos de estos detectores de fatiga han caracterizado la nueva normativa como una forma de “análisis biométrico” que atenta contra la protección de datos sensibles. En ese sentido, la legislación europea se muestra muy restrictiva con la gestión de información tan privada y establece que sólo podrá almacenarse por cuestiones de seguridad excepcionales.
¿Se hará realidad el uso de cámaras para detectar la fatiga?
Aunque el uso de detectores de fatiga sea controvertido, todo parece indicar que supone una herramienta muy valiosa para proteger la seguridad de los conductores. Siempre y cuando la gestión de los datos registrados se haga de forma responsable, cabe esperar que los beneficios de esta nueva normativa europea compensen los riesgos y contribuyan a la seguridad en carretera.